Paradójicamente la globalización ha contribuido a realzar lo autóctono y el fortalecimiento de las identidades está resultando una de las más claras externalidades. Las señales identitarias aparecen por doquier, las manufacturas de productos con denominación de origen adquieren valor agregado y se distinguen de la competencia.
Surge el concepto de capital social el cual se entiende como la puesta en acción de la solidaridad, la organización y la confianza. Es por ello que la identidad es un órgano vital de la comunidad, es un capital social. La identidad cultural es el conjunto de rasgos más o menos fijos, vinculados a cierta territorialidad, a la sangre y al origen, como una esencia más bien inmutable constituida en un pasado remoto pero operante aún y para siempre. Es aquí donde la nación surge finalmente como un hecho cultural o espiritual, la nación es antes que nada memoria compartida, alma, espíritu, sentimiento y lo secundario es la geografía o la materia corpórea. El ejemplo bolivariano de identidad cultural es paradigmático: la integración en la libertad no era un dato de la realidad en ese momento histórico de la primera independencia; era entonces y continúa siendo en buena medida, una inspiración, un proyecto porque no una utopía. Esto nos lleva a pensar que la identidad cultural lejos de ser un dato empírico, tiene entonces la condición de referente utópico.
A la luz del capital social y de la utopía de la identidad cultural, el desarrollo a escala humana requiere reestructurar la generación de conocimientos buscando lograr la conciencia crítica y los instrumentos de conocimiento para contrarrestar las múltiples formas de dependencia. Tal reestructuración precisa que las nuevas ideas se confronten con aquellas hasta ahora dominantes en el ámbito político público de manera que se legitime. De allí la necesidad de realizar un conjunto de acciones que permitan lograr que estas ideas sean discutidas y profundizadas en los múltiples ámbitos y escenarios donde se promueva un desarrollo centrado en las personas. Es esta la búsqueda incansable de los individuos y colectivos, con un sentido crítico de las decisiones que impactan lo público, motivando la inclusión en la toma de decisiones y decisiones que realmente logren cubrir las necesidades fundamentales identificadas, todo lo anterior en un ámbito de libertad absoluta.
Hoy la sociedad presenta características relevantes en los últimos veinticinco años (Touraine, 1969 -Hard y Negri, 2000): crecimiento económico acompañada de una política mundial dirigida a impulsar el incremento del mercado y del consumo, por consiguiente, el aumento del capital, aunado se ubica el papel del conocimiento como una valor y factor clave del crecimiento económico, éste no es solamente el resultado de la acumulación de capital; una dominación social, que asegura la eficacia de los procesos de producción y circulación del capital estableciendo sistemas organizacionales jerarquizados y controladores de las relaciones entre sus diversos elementos. Una sociedad movilizada por el crecimiento económico, programada para que “el progreso de la economía aparece como el resultado”, como el signo más visible del funcionamiento de la sociedad. Igualmente una alta movilidad geográfica, la movilidad de la población y la migración en búsqueda de mejores oportunidades de vida; gran difusión de la publicidad y la propaganda a fin de crear hábitos culturales de consumo como la música, la moda, el cine, entre otros; participación política amplia pero con carácter dependiente; integración en interrelación entre la producción económica, la vida social, la educación, el consumo y la información; un sistema laboral controlado, jerarquizado en pro de la eficacia: inducción hacia el trabajo a fin de producir para consumir; descentralización y flexibilidad: la desterritorialización es la fuerza principal; la circulación es la forma de comunicación social en la que los lenguajes se vuelven funcionales. Un slogan permanente es el “cambio” para ejercer con mayor propiedad los hilos del poder y del control.
Como producto de la industrialización hay una transformación de la sociedad de clases por el de la sociedad de masas, se diluye la identidad cultural, en última instancia el capital social-nación.
Como ejemplo Santander durante la época precolombina, antes de la llegada de los conquistadores, fue una región habitada por las etnias Muiscas, Chitarera, Lache, Yariguí, Opón, Carare y de forma especial los Guanes; este último pueblo pertenecía a la familia Chibcha. Los primeros conquistadores en pisar territorio de Santander fueron Ambrosio Alfinger y Antonio de Lebrija en 1532. En 1540 los soldados españoles comandados por Martín Galeano penetraron a territorio guane. Cerca de trescientos (300) años después y por Ley de 1857 fue creado el Estado de Santander, formado por las provincias del Socorro y Pamplona. Posteriormente le fueron anexados el cantón de Vélez y los distritos de Aspasica, Brotaré, Buenavista, Carmen, Convención, La Cruz, Ocaña, Palma, Pueblo Nuevo, San Antonio, San Calixto, San Pedro y Teorama, segregados de la Provincia de Mompox. La Ley 17 de 1905 segregó las provincias de Guauenta, Galán, Socorro, Charalá y Vélez para formar el departamento de Galán. El 14 de julio de 1910 se creó por Ley 25 el departamento de Norte de Santander formado por las provincias de Cúcuta, Ocaña y Pamplona.
Las actividades económicas del departamento de Santander se concentran en el sector agrícola y pecuario con el cultivo de la palma de aceite, yuca, maíz, plátano, fique, tabaco, caña, cacao, piña, frijol entre otros y explotación avícola, caprina y ganadera con proyección a la agroindustrialización de lácteos y cárnicos. Adicionalmente cuenta con la explotación de recursos minerales tales como plomo, uranio, fósforo, yeso, caliza, cuarzo, mármol, carbón, oro, cobre y principalmente el petróleo en el primer complejo petrolero de Colombia ubicado en Barrancabermeja. Por su localización geográfica se convierte en el eje central en la unión entre el interior del país, los Puertos del Caribe y la salida de Venezuela hacia el Océano Pacífico.
Los cambios durante este siglo han transformado la economía del Departamento, de ser históricamente agrícola, pasó a ocupar un papel destacado en el sector servicios, especialmente en el sector del transporte y de las comunicaciones. La industria también presenta un par de polos de desarrollo localizados en la zona que abarca el eje Bucaramanga - Girón -Piedecuesta, donde se encuentran las empresas vinculadas a alimentación, textiles, cemento, accesorios automotores, calzado, tabaco y la industria avícola, y la zona de Barrancabermeja que se dedica plenamente a la refinación de la mayor parte del petróleo que se consume en Colombia, además de la fabricación de los derivados de este combustible natural.
En Santander se observa como el proceso de identidad, de capital social que lo caracterizaron sus pobladores iniciales desde la óptica de actividad económica enfocado en la orfebrería, agricultura y minería primaria se pudiera pensar que al parecer se ha mantenido en el hecho que hoy continua siendo una región agrícola expandida su capacidad económica-productora a la minería en toda extensión, ganadería, servicios y cultivos altamente industrializados, con un componente de arraigo y cultura muy característicos de la región; sin embargo es definitivo que ha recibido el impacto de la sociedad actual centrada en la productividad y crecimiento económica desmesurado dejando de un lado como epicentro el individuo y se ha volcado al productivismo y generación de capital como esencia de su desarrollo y crecimiento social.
Por ello cuando en un país se presenta el déficit de espesor cultural étnico o demográfico de arrastre, se constituyen identidades transitorias las cuales a su vez desempeñan un rol aun más relevantes en la vida social y pueden incluso contribuir al creciente menoscabo de la identidad nacional; por lo anterior debemos tener presente que los conceptos de identidad y cultura son inseparables debido a que las identidades solo pueden formarse a través de las diferentes culturas y subculturas a las que los individuos y los colectivos pertenecen o que participa.
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