En la cumbre de Copenhague se hizo evidente el bajo compromiso de los países industrializados en asumir responsabilidades reales para minimizar el impacto generado por sus actividades industriales y la imposición de estilos de vida basados en la abundancia.
Para que los mercados de carbono mejoren será necesario que existan señales de precio a largo plazo para facilitar la inversión privada, lograr integrar y armonizar los distintos mercados, para facilitar el flujo de capitales y el abatimiento más barato, facilitar la implementación: reducir los costos de transacción, los procesos, las metodologías y extenderlos a sectores importantes actualmente ignorados, como programáticos o deforestación.
Los gobiernos democráticos deben convertir sus vagos compromisos políticos en una acción real y vinculante. Aún más, la lucha contra el cambio climático plantea enormes problemas de acción colectiva.
El Efecto Invernadero (EI) es necesario para conservar las condiciones de habitabilidad del planeta. El problema del cambio climático consiste en que en la atmosfera también hay Gases Efecto Invernadero (GEI) totalmente producidos por los humanos, como los halo carbonos y otras sustancias que contienen cloro y bromuro, y otros gases como el Hexafloruro de azufre (sf6), los Hidrofluorocarbonos (HFC), y los Perfluorocarbonos (PFC) adicionados por el hombre, hacen que la tierra este experimentando actualmente un aumento en la temperatura promedio de la atmosfera y los océanos a este fenómeno se lo conoce como cambio climático global que traerán consecuencias lamentables al planeta.
Se deduce que la lucha contra el calentamiento global debe estar contemplada dentro del marco de la lucha contra el desarrollo de la humanidad.
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